En el marco de la situación de pandemia que afecta al mundo, los sistemas de salud, médicos y personal sanitario se encuentran en el foco de la atención. Sin embargo, poco se escucha acerca de cómo se ve impactado el estado mental y emocional de quienes trabajan día y noche por salvar vidas y detener el brote.
La exposición física al virus, el exceso de horas de trabajo ininterrumpidas y la demanda emocional puesta en juego en la atención a pacientes contagiados, convierten a los médicos y enfermeros en las víctimas más propensas a desarrollar malestares psíquicos: su estado mental es actualmente similar al de un soldado durante su traslado al frente.
Durante una epidemia, la ola de desinformación, los rumores y el miedo también afectan en forma potenciada al personal de salud, que tiene que hacer un esfuerzo para filtrar la calidad de la información que recibe ya que la misma puede aumentar sus niveles de ansiedad y preocupación. Por otro lado, estamos viendo los primeros brotes de estigmatización de profesionales de la salud que son aplaudidos en los balcones, pero segregados en forma violenta de su edificio.
Datos de una publicación reciente (The Lancet Psychiatry, febrero de 2020) muestran los resultados de una encuesta multicéntrica sobre médicos que actuaron en China durante la pandemia del coronavirus. De ellos, el 50.7 por ciento desarrollaron depresión, el 44.7 por ciento ansiedad, el 36.1 por ciento insomnio y el 73.4 por ciento síntomas vinculados al estrés.
Entre las mayores preocupaciones del personal sanitario se encuentran la propia salud y el miedo al contagio propio y de los compañeros de trabajo. Por otro lado, las expectativas desmedidas que la población deposita en el personal sanitario, aumentan el estrés y la sensación de desborde.
“Es necesario prestar atención al bienestar del personal su salud y ayudarlos a reconocer que sabemos que están al límite de sus capacidades. Para que el personal pueda sostener la exigencia a lo largo del tiempo, es fundamental que puedan contar con el tiempo y el lugar de descanso adecuado. Fortalecer los vínculos y los espacios de discusión entre el personal, así como el reconocimiento de que el malestar y la sensación de desborde son esperables”, explica Marcelo Cetkovich, director del departamento de psiquiatría de INECO.
Por ello, INECO dispone una serie de recomendaciones dirigidas a las instituciones de salud para proteger el buen estado mental del personal sanitario durante la crisis:
-Estar preparados: es fundamental aprovechar los momentos previos al pico de demanda, para establecer pautas de manejo asistencial, en cada escenario posible.
-Estimular a cada institución a que notifique de forma completa sus políticas institucionales y procedimientos claros.
-Realizar simulaciones de casos mientras la demanda lo permita.
-Definir el rol concreto de cada profesional del equipo sanitario y cómo se inserta en el procedimiento del grupo.
-Mantener una comunicación fluida y constante entre el personal a cargo del cuidado directo y quienes lo supervisan.
-Brindar soporte logístico: su ausencia es uno de los factores más estresantes para el personal sanitario y las autoridades deberían trabajar en forma intensa en este aspecto. El temor al contagio se ve potenciado por la falta de protección, lo cual aumenta la sobrecarga emocional.
De esta manera, los expertos sostienen que brindar información clara, dar soporte para lo que requieran, estar en contacto con su familia y compartir experiencias cotidianas, son algunas de las acciones que como sociedad podemos realizar para cuidar la salud mental y apoyar a los profesionales que nos asisten.
Fuente: Agencia Nova