En épocas de crisis, la contabilidad mental se acentúa y se afecta la toma de decisiones. Pero hay estrategias y pensamientos para enfrentar la situación y mejorar las finanzas personales.
Momentos difíciles y poco usuales se están viviendo. Gente con miedo, incertidumbre y preguntándose: ¿hasta cuándo durará esto?. La ya golpeada economía argentina está sufriendo un duro golpe, posiblemente uno de los más severos de su historia. Según The Economist, la mayoría de los países entraran en recesión a causa de la pandemia y para la Argentina se prevé una caída del 6,7% del PBI y a nivel mundial una contracción del 2,2% para este 2020.
Las naciones tendrán consecuencias incalculables en su comercio, actividad económica y cuentas nacionales. Se da el caso de muchas fábricas, locales de ropa, hoteles y otras actividades que vieron sus puertas cerrarse y deben subsistir de alguna forma teniendo en cuenta su estructura de gastos fijos y la contracción del flujo de ingresos. La gran pregunta es: ¿cuándo retomara la actividad a niveles normales? Y lo que intranquiliza a muchos empresarios: ¿cuánto tiempo podrán soportar esta situación? Cómo pagaran los sueldos de sus empleados, qué pasara con aquellas compañías que tomaron un crédito y continúan con sus puertas cerradas. También aplica para aquellas personas de trabajan de manera independiente o freelance, monotributistas o están los que está en la denominada “Economía informal”.
Se entiende que el tema económico y financiero preocupa a muchas personas. Cuando la producción se paraliza o tiende a cero, el intercambio económico se detiene y los flujos de ingreso se contraen.
Y a nivel microeconómico, es decir en las finanzas de cada persona, ¿qué desenlace tendrá? La buena administración de nuestros ingresos/recursos disponibles es esencial. Si previamente contábamos con algún fondo de emergencia es momento de valorar y aprovechar los ingresos que fuimos ahorrando. Por eso la importancia de contar con un presupuesto personal para tener una dimensión de los ingresos y también los gastos. En base a esta ecuación personal, se podrá tener un diagnóstico adecuado. La estrategia para una crisis, es idear un plan. También conocer la diversidad de instrumentos de inversión para hace rendir los ahorros.
En el aspecto más psicológico relacionado con la forma de pensar nuestro presupuesto personal, Joaquín Navajas, doctor en Neurociencias por la Universidad de Leicester, sostiene que “uno de los comportamientos protagónicos en las finanzas personales durante la erupción de la pandemia es la contabilidad mental: el proceso por el cual las personas pensamos que nuestro dinero está dividido en “cuentas mentales” disociadas (la cuota del colegio, la plata de los ahorros, el dinero del alquiler, etc.). Esta conducta si bien es razonable no es racional porque viola un principio fundamental del dinero que es su fungibilidad (todo peso es equivalente a cualquier otro y no exista “la plata de”). En épocas de crisis la contabilidad mental se acentúa y los egresos en las finanzas personales se perciben como más “dolorosos”.
También en el plano de cómo nos impacta financieramente las dificultades económicas María Roca, coordinadora científica de la fundación INECO e Investigadora del CONICET explicaba “los efectos psicológicos del aislamiento afectan también nuestras funciones cognitivas y nuestra manera de tomar decisiones. En una situación como la que estamos viviendo no es raro que algunos nos sintamos estresados. El estrés produce cambios en nuestro cerebro, particularmente en el hipocampo y el lóbulo frontal. Este último se asocia a la capacidad de tomar decisiones, por lo que los procesos normales que usamos para decidir pueden verse también verse alterados. En este contexto, es importante parar y pensar antes de tomar una decisión económica importante”.
En lo referido al empleo y management, Andrés Hantun, PhD y profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella expone: “El mercado laboral está bastante paralizado por eso es evidente que la gente necesita cuidar su empleo y no es momento de impulsar grandes cambios en las carreras. Para las empresas es importante el trato que tengan hacia sus empleados en lo que respecta a pago de salarios o a la contención que dan. En cuanto a la planificación a adoptar, “esto es una crisis, no una emergencia. Armar un comité de crisis que ponga el foco en las condiciones, regulaciones, operación. También poder pensar en el día después dado que será paulatino, hay que pensar acciones para trabajar internamente pero también con el cliente”.
Si de recomendaciones de inversión se habla, Enrique Emiliozzi, responsable del Centro de Inversiones del Banco Hipotecario desarrolla: “Para paliar la situación de este momento y preservar nuestro capital para personas de perfil conservador, se busca mantener el capital en el corto y mediano plazo. Los cartera recomendada incluye activos en dólares en un 80% y un 20% en pesos”. Los instrumentos que recomienda en pesos son: “Los fondos T+1, con buena liquidez y rendimiento esperado del 30/35%. Es un buen fondo ya que escapa a los activos volátiles como acciones y bonos que fluctúan sus precios de mercado. Los T+1 tiene rendimientos estables y superiores al de un plazo fijo tradicional”. Emilliozi para la parte en dólares recomienda la compra de Dólar MEP a través de la bolsa. Esos mismos dólares pueden invertirse en los Fondos Latam que invierte en bonos de chile, Brasil, etc. Sintetiza: “Una crisis es una oportunidad de compra para quienes quieren asumir riesgos y puedan invertir su excedente financiero de 3 a 5 años para aprovechar los precios bajos”.
Otros de los expertos en economía, Alejando Bianchi, fundador de Finanzas Asesor de Inversiones desarrolla: “Lo que hay que entender en una crisis es que “Cash is King” es decir que efectivo mata todo. En términos de finanzas personales, si la gente tiene algo de efectivo es importante que lo racionen y cuiden, dado que tienen que prever una posible falta de flujo de ingreso por tres meses”. En lo que respecta a las oportunidades de inversiones enfatizó: “El Merval en dólares actualmente vale unos 280 dólares. El máximo valor en la era Macri fue de 1800 dólares. En la peor crisis de los últimos años que fue la del 2008 valió 400 dólares y en la del 2001 valía 110 dólares. Es decir hay todavía una posible caída de más del 50% ante el caso de un escenario pesimista de Argentina como podría ser una hiperinflación o cesación de pagos, pero no es seguro todavía”.
Otra de las piezas fundamentales para invertir es el establecimiento de objetivos de inversión personales. Aldo Lozano, cofundador de Clínica Financiera desarrolla los conceptos del coaching financiero: “Invertir implica fijar objetivos de largo plazo. Quien no se fija objetivos, es solo especulación. Los seres humanos tenemos 2 grandes juicios: de facticidad y de posibilidad. Cuando no aceptamos los juicios de facticidad, es decir los que no podemos cambiar y hoy al mercado no lo podemos cambiar, aparece el resentimiento. Y cuando no admitimos los juicios de posibilidad, es decir la apertura que tengo en la crisis, entonces aparece la resignación”. Por último, desarrollaba la clave para tener más seguridad al momento de invertir, “Hay que mirar la situación de otra manera. Por eso es vital fijarnos objetivos financieros que nos movilicen. No solo quedarnos en el corto plazo, sino mirar más allá. Los mismos deben ser objetivos positivos y específicos, y deben tener un feedback periódicamente. Un valor emocional debe acompañar esta cartera de inversión y seguir un plan de acción”.
La palabra de expertos en finanzas, neurocientíficos, coaches financieros ofrece un abanico de estrategias y pensamientos para enfrentar a la crisis y mejorar nuestras finanzas personales. La cuestión radica en implementar los planes de acción, estar alerta ante los nuevos acontecimientos y pensar de manera racional, sin que los estados de ánimo y emociones interfieran en nuestra toma de decisiones. Poder ver el bosque y no solo el árbol, para tener una mejor visión y panorama para actuar.
Fuente: Ámbito Financiero – Cholila – UTDT