Este lunes se cumplen 40 días de la cuarentena obligatoria que impuso el Presidente de la Nación, Alberto Fernandez. A partir de entonces, algunos rubros ya podrán empezar a trabajar pero todo parece indicar que las salidas paulatinas le llegarán por último no sólo a las personas mayores sino también a los menores de edad. Los niños, las niñas y los adolescentes que casi no salieron desde que todo esto comenzó y que afrontan el aislamiento en silencio y con una sensación de ambigüedad: la de saber que sus rutinas escolares, sociales y deportivas se vieron suspendidas y que al mismo tiempo eso provocó la llegada de algo nuevo, un mundo de clases a distancia pero de juegos en soledad, sin plazas ni clubes y con amigos que, a lo sumo, aparecen por Zoom.
El encierro es todo un desafio para los padres. Las actividades se agotan y el aburrimiento aparece como algo cotidiano. Hay que regular momentos: cuándo los juegos, cuándo Netflix, cuándo ordenar el cuarto, cuándo las clases virtuales. Pero aunque parezca mentira, lo más chicos están dando muestras de ser los que más entienden que se tienen que quedar en casa para no contagiarse del virus o del ‘bicho’, como lo llaman algunos. «El jardín está cerrado por cuarentena», dice Theo, de casi 4 años. «Limpiamos la casa para que no haya coronavirus», agrega. Hijo único, de una peluquera y un periodista, asume como nadie, y casi sin hastío, que es tiempo de aguantar y no salir. No parece hacerse demasiado problema.
No alcanza, claro, para ilustrar lo que ocurre en todas las casas porque en esta ciencia de los vínculos familiares sí que vale el lugar común que señala que ‘cada familia es un mundo’. La secretaria de la división de Psicología Educativa del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos de España, Andrea Ollero, advirtió esta semana que nenes y nenas menores de 6 años “tienen la necesidad de salir a la calle para regular su desarrollo neuronal y recibir estímulos vitales, por lo que las autoridades deberían empezar a permitirles salir de casa durante esta etapa excepcional de confinamiento por la crisis del coronavirus”.
Con esa opinión abrió el dique a la marea de expresiones que en las últimas horas aparecieron en España a favor de que se flexibilice el encierro para los más chicos. Algo que sucederá el lunes que viene. Hay expectativa por ver de qué modo se organiza, ya que lo que sucede en Europa es tomado muy en cuenta por las autoridades locales.
Los chicos cambiaron su rutina. Ya no hay horarios que cumplir, ni actividades extra escolares que realizar. Los horarios se han trastocado por completo. No es necesario acostarse temprano porque mañana no hay que madrugar. Se puede comer un poco de todo porque la heladera funciona como recreo cada vez que el aburrimiento avanza. A los padres, no les queda otra: están más permisivos.
«Hay que transmitirles que estas medidas son para cuidarnos, no son una tragedia. Trataría de desdramatizar con los chicos. A veces estas cosas suceden y está bueno que nos cuidemos. Puede ser una buena oportunidad para enseñar lo que es limpieza de manos, cuidado de la higiene personal y se informen más a ellos y a los chicos respecto a esta cuestión», decía días atrás a Entremujeres Andrea Abadi, directora infanto juvenil de INECO. ‘Me parece que los chicos pueden vivenciarlo más que como una pérdida como una ganancia. Es una buena oportunidad para leer, pintar, hacer collages, maquetas’, agregó Abadi.
Es cierto: en las casas de la clase media conurbana y porteña, la actividad al aire libre es un recuerdo del pasado cercano: la plaza, las juntadas con amigos y, también, el colegio.
Pero aún así son muchos los chicos que le ven el lado bueno a la cuarentena: «Lo que más me gusta es que puedo estar con mi mamá y tenemos un montón de cosas para hacer estos días, aunque no parezca y lo mejor es que se pueden repetir», afirmó Francesca de 8 años, que esta pasando la cuarentena con su mamá, Lorena. ‘En la cuarentena salto a la soga, hago la tarea, miramos muchas pelis con mi mamá’, confesó Martina de 6 años que esta con su mamá en un monoambiente.
Hay algunos que se supieron ingeniárselas un poco más. Tal es el caso de Emanuel de 6 años que con elementos de gimnasia que hay en su casa se hizo una hamaca para pasar esta cuarentena. ‘Ando en monopatín por la casa’, agregó, además, Ema.
La mayoría de los nenes cuentan que están contentos de estar todo el día con sus mamás y sus padres y la mayoria ven en ellos la protección contra el virus que está azotando a la población mundial. En un informe publicado por The New York Times, Toni Falbo, profesor de psicología educativa de la Universidad de Texas, afirmó que en el caso de los niños que tienen muy buenas relaciones con sus padres -lo que se supone como la mayoría- ‘entonces si se están refugiando en un lugar con sus padres, probablemente lo estén pasando bastante bien interactuando con ellos’.
El miedo en los chicos con respecto el coronavirus va variando, algunos si les tienen miedo y otros se sienten protegidos en casa: ‘A mi no me da miedo porque estamos en casa’, dijo Santino de 9 años. ‘A mi me da miedo que mis abuelos se contagien el coronavirus’, afirmó Faustina de 6 años, que sabe bien a quien hace mas daño esta enfermedad.
«No le tengo miedo al coronavirus porque hay que quedarse en casa y si no nos quedamos, te puede agarrar el virus y te podes morir», le dijo Lola de 6 años a su papá Emiliano.
En otro grupo están los chicos que ya cumplieron al menos una década y que comienzan a emprender el tránsito a la adolescencia. Tal es el caso de Bautista, de 13 años, que está jugando mucho más a la play y también extraña jugar al fútbol y ver a sus amigos. Por otro lado, extraña también ir a la cancha a ver al club de sus amores, Douglas Haig. ‘A mi el coronavirus me da miedo mas que nada por mis abuelos que corren riesgo, y yo digo que juntos y quedándonos en casa ¡vamos a salir para adelante!’, enfatizó.
Las aplicaciones también son una parte fundamental para los chicos en esta cuarentena. Netflix para ver películas o Tik Tok son las más usadas por los chicos para pasar el tiempo y no caer en el aburrimiento, como es el caso de Mia, que tiene 10 años. Otra de las aplicaciones que aumentaron sus clientes y las descargas a partir de la cuarentena son las de videollamada, la comunicación con los seres queridos que no están en la casa quedo relegada a este formato.
En el mismo artículo de The New Tork Times, Kathy Hirsh-Pasek, profesora de psicología en la Universidad de Temple, afirma que el uso de videoconferencias es muy bueno para llenar el vacío en los niños. Hirsh-Pasek insta a los padres a establecer citas de videoconferencia con amigos para cantar canciones, compartir películas: cosas que todos, sobre la urgencia, vamos aprendiendo.
El aislamiento hizo que cambie la rutina de la mayoria de la gente, y los niños no quedaron exentos pero sin embargo con el esfuerzo de los padres y en especial, de ellos mismos, la cuarentena la van pasando de la mejor manera.
Fuente: Diario Clarín