Contracturas, desperfectos en el hogar, ansiedad y desánimo son algunos de los efectos secundarios del encierro sostenido y el teletrabajo. Consejos prácticos para afrontarlos.
A medida que se suman las semanas de cuarentena, más cerrada o un poco más abierta, gira la rueda anímica. Por momentos mal, por momentos mejor. En estos tiempos de aislamiento preventivo pueden surgir molestias y contratiempos varios. En algunos casos, hay opciones a mano para restaurar el equilibrio en nuestra pequeña isla hogareña.
Especialistas consultados por BAE Negocios brindan herramientas para afrontar algunas de las viscisitudes que pueden aquejarnos por estos días:
Contracturas
«Es normal que muchas personas en el contexto actual se sientan más contracturados, esto es debido a varios factores, los primeros e ineludibles son el sedentarismo que produce la cuarentena ya que nos obliga a caminar mucho menos y el stress que se vive por el virus repercute en el sueño y en la ansiedad de la gente, produciendo más tensión en la musculatura que la normal», indica Dr. Gonzalo Yamauchi, Director médico de Prolosalud Buenos Aires y ex-presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina Músculo-esquelética.
Menciona además como factor importante el teletrabajo, que hace que mucha gente trabaje en un sector de la casa que no esta preparado para estar sentado en posición ergonómicamente correcta. Habitualmente se utilizan laptops que nos lleva a posturas inadecuadas, generando dolores cervicales. Según describe, uno de los errores más comunes que generan contracturas es no adaptar el lugar físico (sillas, mesas, monitores, etc). «Debemos considerar que estar sentados en una misma posición por más de 40 minutos es un esfuerzo para el cuerpo», dice y recomienda, una vez cumplido ese período, caminar o elongar durante 5 minutos para ayudar a que el cuerpo no se fatigue ni se contracture. Sugiere ejercicios de elongación corporal una vez por día y fomentar buen descanso con más de 8 hs de sueño.
Desde la Fundación Cardiológica Argentina difunden algunos ejercicios: realizar movimientos circulares de cadera (para evitar hernias discales o dolores lumbares), encoger los hombros hacia las orejas y sostenerlo por 10 segundos o estirar los brazos hacia al frente, juntar las palmas de las manos y realizar movimientos hacia abajo y arriba. Asimismo, varios profesionales comparten propuestas en redes sociales.
Espacio para uno
«Lo más importante de este tiempo, y lo que más cuesta, es hacerse un espacio para uno. Hay que reinventarlo con nuevas condiciones y un poco más de esfuerzo. Es necesario proponerse activamente pausas», explica Mercedes Méndez, psicóloga y coordinadora de Mindfulness Ineco y Directora del Posgrado de Mindfulness en la Salud de la Universidad Favaloro. Esta disciplina, que enseña a practicar la atención plena, es una de las que más se difundieron en estos días para combatir ansiedades.
«Más allá de formas de pausar más concretas como aprender yoga, cocina o meditación, que implican mayor demanda, para la gente que está sobrepasada propongo darnos un tiempo para una pausa», indica y describe que es un momento en que paramos para prestarnos atención y registrar como está mi postura, mis emociones y mi mente. Ayuda a no dejarse tomar por arrebatos de sentimientos y pensamientos.
Ineco ofrece, además de los cursos de formación habituales, prácticas gratuitas de Mindfulness los miércoles a las 18 hs a través de su Facebook, donde después quedan disponibles.
Roturas en el hogar
En plena cuarentena, los desperfectos domésticos parecen multiplicarse. O tal vez, les prestamos más atención. Si bien los profesionales sólo pueden atender emergencias, se puede recurrir a varias plataformas web del rubro. «Durante la época de confinamiento notamos un aumento en trabajos técnicos, como heladeras que no enfrían o lavavajillas, lavarropas y microondas que dejan de funcionar. Entendemos que por el mayor uso en casa. También se nota incremento en reparaciones de computadoras», indicó Jesús Álvarez-Miranda, Co-founder & CEO de Timbrit, app de servicios en el hogar, cuyos profesionales están respondiendo consultas online de manera gratuita. Comentó también que están llegando más consultas de peluqueria, belleza o entrenadores personales, oficios incluidos en la web.
Catarsis emocional
«Una buena herramienta -con costo cero- para el botiquín de ayuda es escribir. La escritura como catarsis emocional, como un buen momento para volcar y explayarnos sobre aquellos sentimientos que tal vez nos cuesta sacar en el vértigo de la vida ‘normal’. La escritura como ordenamiento de las ideas y como forma de planificación ante la falta de un horizonte claro. Y por qué no aprovechar la oportunidad para escribirle a nuestros seres queridos, para que sepan todo lo que significan para nosotros», propone el Dr. Ignacio de Asúa, más conocido desde su cuenta de IG @unhippieconosde, especialista en Terapia Intensiva (Oxford University) y Clínica Médica (CEMIC). Es el portavoz de Cartas Naranjas, una campaña de bien público lanzada por Aperol, que tiende a promover la cercanía emocional ante la imposibilidad del contacto físico, invitando a las personas a que hagan llegar mensajes positivos a sus seres queridos o quienes más lo necesitan en estos momentos de incertidumbre generados por la pandemia. El profesional recomienda también ser regular con los horarios para evitar perder la noción del tiempo y la sensación de despersonalización que eso conlleva, y concentrar nuestra atención y nuestra energía en algo que deseamos lograr, como adquirir una nueva habilidad o desarrollar un proyecto personal.
El humor como medicina
Reirse puede ser una estrategia eficiente para vencer el miedo y hasta para reforzar las defensas. «La mente es el cerebro en acción, por lo tanto, el estado de ánimo dependerá del estímulo que ese cerebro reciba. El humor es excelente para liberar buena química (endorfinas, oxitocina, dopamina, endocanabinoides), hormonas muy aliadas con el bienestar y la Salud. Por lo tanto una dosis diaria de buen humor a través de diferentes disparadores es ideal y forma parte de la fórmula para vivir más y mejor», indica Marcelo Suárez, especialista en conductas saludables y autor del libro «No me enfermo más». Recomienda seis ejes: aimentación, hidratación, descanso, pensamientos positivos, respiración consciente y ejercicio.
Por su parte, el el psicoanalista Ricardo Antonowicz explica: «El humor protege. El buen humor, la comicidad, la ocurrencia repentina nos habla de grandeza de espíritu y lo que triunfa es el placer. Para la fisiología, la risa es analgésica, es sedante. Va acompañada de la pulsión de vida. Cada vez que uno hace una broma, algo del inconsciente se pone en juego. Reírnos de nosotros mismos puede ser beneficioso para nuestra salud psíquica». Y agrega: «Quien hace humor, se conduce con el carácter de un padre que consuela al hijo y le hace ver que la situación temida no era tan terrible ni eterna».
Fuente: BAE Negocios