La pandemia de coronavirus ha impulsado esfuerzos sin precedentes para encontrar una vacuna. Al mismo tiempo, ha aumentado la preocupación de que muchas personas no se vacunen, no llegando a alcanzar el nivel de adhesión para la inmunidad colectiva. La «infodemia», una sobreabundancia de información y la rápida difusión de noticias, imágenes y videos engañosos o inventados complica la respuesta a la pandemia y se considera una de las principales causas de la indecisión ante las vacunas. En poblaciones vulnerables, las desinformaciones podrían empeorar la cobertura de la vacunación, ya que las personas que alcanzan un menor nivel educativo suelen desconfiar más de las vacunas. Dada la elevada tasa de transmisión en barrios vulnerables, sería conveniente asegurar una alta voluntad de vacunación en ese contexto. Existe evidencia de que las acciones preventivas son más exitosas que la corrección posterior y de la efectividad de algunas intervenciones basadas en el procesamiento de información y el funcionamiento del cerebro. Proponemos tres intervenciones basadas en evidencia para reducir los efectos de la desinformación sobre las vacunas de COVID-19 y aumentar la intención de vacunarse:
1) una estrategia lúdica de inoculación que consiste en un juego online (El Juego de las noticias malas);
2) una estrategia de alfabetización mediática presencial y online; y
3) una estrategia basada en encuadres positivos o negativos de la información sobre las vacunas.
Aunque estas estrategias han sido efectivas en otros lugares del mundo, no existen datos empíricos en Latinoamérica. La colaboración entre el INCyT y Chequeado es estratégica para este proyecto de lucha contra la desinformación desde una perspectiva multidisciplinaria.