Reducing the stigma of mental health disorders with a focus on low- and middle-income countries

Reducing the stigma of mental health disorders with a focus on low- and middle-income countries

AUTORES Afzal Javed, Cheng Lee, Hazli Zakaria, Robert D. Buenaventura, Marcelo Cetkovich-Bakmas, Kalil Duailibi, Bernardo Ng, Hisham Ramy, Gautam Saha, Shams Arifeen, Paola M. Elorza, Priyan Ratnasingham, Muhammad Waqar Azeem
2021
JOURNAL Asian Journal of Psychiatry
VOLUMEN Volumen 58 , abril de 2021 , 102601
ABSTRACT Mental health disorders are a burgeoning global public health challenge, and disproportionately affect the poor. Low- and middle-income countries (LMICs) bear 80 % of the mental health disease burden. Stigma associated with mental health results in delayed help seeking, reduced access to health services, suboptimal treatment, poor outcomes and an increased risk of individuals’ human rights violations. Moreover, widespread co-occurrence of physical comorbidities such as noncommunicable diseases with mental health disorders makes the treatment of both conditions challenging and worsens prognosis. This paper explores various aspects of stigma towards mental health with a focus on LMICs and assesses measures to increase help-seeking and access to and uptake of mental health services. Stigma impacts persons living with mental illness, their families and caregivers and healthcare professionals (mental health professionals, non-psychiatric specialists and general practitioners) imparting mental health care. Cultural, socio-economic and religious factors determine various aspects of mental health in LMICs, ranging from perceptions of health and illness, health seeking behavior, attitudes of the individuals and health practitioners and mental health systems. Addressing stigma requires comprehensive and inclusive mental health policies and legislations; sustainable and culturally-adapted awareness programs; capacity building of mental health workforce through task-shifting and interprofessional approaches; and improved access to mental health services by integration with primary healthcare and utilizing existing pathways of care. Future strategies targeting stigma reduction must consider the enormous physical comorbidity burden associated with mental health, prioritize workplace interventions and importantly, address the deterioration of population mental health from the COVID-19 pandemic.
Los trastornos de salud mental son un desafío creciente de salud pública mundial y afectan de manera desproporcionada a los pobres. Los países de ingresos bajos y medianos (PIBM) soportan el 80% de la carga de enfermedades mentales. El estigma asociado con la salud mental da como resultado un retraso en la búsqueda de ayuda, un acceso reducido a los servicios de salud, un tratamiento deficiente, resultados deficientes y un mayor riesgo de violaciones de los derechos humanos de las personas. Además, la coexistencia generalizada de comorbilidades físicas, como enfermedades no transmisibles, con trastornos de salud mental, dificulta el tratamiento de ambas afecciones y empeora el pronóstico. Este documento explora varios aspectos del estigma hacia la salud mental con un enfoque en los PIBM y evalúa las medidas para aumentar la búsqueda de ayuda y el acceso a los servicios de salud mental y su aceptación. El estigma afecta a las personas que viven con enfermedades mentales, sus familias y cuidadores y profesionales de la salud (profesionales de la salud mental, especialistas no psiquiátricos y médicos generales) que imparten atención de salud mental. Los factores culturales, socioeconómicos y religiosos determinan varios aspectos de la salud mental en los países de ingresos bajos y medianos, que van desde las percepciones de la salud y la enfermedad, el comportamiento de búsqueda de salud, las actitudes de las personas y los profesionales de la salud y los sistemas de salud mental. Abordar el estigma requiere políticas y legislaciones de salud mental integrales e inclusivas; programas de concienciación sostenibles y culturalmente adaptados; creación de capacidad del personal de salud mental a través de enfoques interprofesionales y de cambio de tareas; y un mejor acceso a los servicios de salud mental mediante la integración con la atención médica primaria y la utilización de las vías de atención existentes.
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