¿Cómo afectó la pandemia y el aislamiento a nuestra salud mental? Una investigación de Fundación Ineco con apoyo del BID.
Este 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, nos encuentra a millones de personas en una situación muy particular. La pandemia del coronavirus nos enfrentó a desafíos muy difíciles: incertidumbre, miedo a enfermar o a contagiar a seres queridos, inestabilidad económica, soledad, y cambios de hábitos que afectan nuestra vida de una forma sin precedente.
Las circunstancias únicas que estamos viviendo a raíz de la pandemia del COVID-19 pueden alterar nuestro estado de ánimo y estabilidad emocional. Si bien muchas personas tienden a reaccionar de manera resiliente al estrés, otras pueden presentar síntomas relacionados con la ansiedad o la depresión. Fundación INECO, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, realizó una investigación para conocer cómo afecta la pandemia y el aislamiento en la salud mental de los argentinos y argentinas.
El estudio tuvo dos etapas. La primera consistió en la realización de una encuesta online a más de 10.000 participantes durante la primera semana del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio en Argentina. Los resultados fueron llamativos ya que más temprano de lo que se suponía, a los 7 días de comenzado el aislamiento, se reconocieron síntomas de ansiedad y síntomas de depresión en las personas encuestadas.
Si bien se trató de cuestionarios en los que los participantes reportaban sus propias percepciones –y hay evidencias de que este tipo de metodología suele sobreestimar los síntomas de los trastornos de salud mental comparado con una evaluación completa hecha por un profesional– los resultados fueron sorprendentes.
Más de un tercio de los participantes presentaron síntomas de depresión o ansiedad durante la primera semana después del comienzo de la cuarentena. Tomando como referencia los datos de prevalencia de un estudio epidemiológico del 2018 de salud mental en la población general, se puede constatar que durante los primeros días de aislamiento hubo un aumento significativo de los síntomas de ansiedad o depresión. El estrés diario junto a la sensación de soledad y los pensamientos negativos repetitivos fueron los factores más frecuentemente mencionados. Llama la atención que los participantes más jóvenes fueron los más afectados por la situación. Por otro lado, la investigación permitió dilucidar que aunque la existencia de problemas de salud mental previos agravó las reacciones, incluso las personas que no habían buscado tratamiento anteriormente mostraron signos de impacto psicológico.
En una segunda etapa, a los 72 días de comenzado el aislamiento, se realizó otra encuesta de similares características en la que se observó que los síntomas de ansiedad subieron levemente, lo cual es acorde a lo esperado, mientras que los síntomas de depresión aumentaron en mayor medida. Tristeza, desgano, cansancio, dificultad para pensar y concentrarse, dificultad para dormir, y trastornos del apetito son algunos de los síntomas de depresión, pero vale aclarar que estos síntomas son significativos cuando interfieren con nuestra vida cotidiana. Es interesante destacar que en la segunda encuesta las personas además reportaron tener fatiga mental, dificultades cognitivas, preocupaciones económicas e intolerancia a la incertidumbre como factores de peso en el impacto emocional.
Estos resultados se condicen con investigaciones en toda la región y en el mundo. Entre estas podemos destacar una realizada en Estados Unidos por científicos y científicas de la Universidad de Boston y de Columbia en la que también, a través de una encuesta y utilizando los mismos instrumentos que el estudio de Fundación Ineco, se observaron resultados similares. Esta investigación encontró que los reportes de síntomas de depresión se triplicaron con la pandemia. Los ingresos y la estabilidad financiera fueron factores clave mencionados por los participantes: a menor nivel socioeconómico más alto fue el impacto en su salud mental.
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Conocer más sobre la Salud Mental de la población, ya sea tanto en una situación normal como en circunstancias extraordinarias como una pandemia, es el primer paso para poder diseñar políticas públicas adecuadas para disminuir el sufrimiento producido por los trastornos mentales y aumentar el bienestar de la población. Según la Organización Mundial de la Salud cerca de 1000 millones de personas viven con un trastorno mental.
Es por ello que este 10 de octubre, día Mundial de la Salud Mental, Fundación Ineco con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, comparten su investigación para contribuir con una de las áreas más desatendidas de la salud pública y abogar por una salud mental sin estigmas.