El accidente cerebrovascular o ACV es la primera causa de discapacidad y la segunda causa de muerte en Argentina y en el mundo.
¿Por qué algunas personas lo sufren siendo jóvenes? ¿Por qué algunos países como Argentina tienen más casos?
¿Por qué tenemos más secuelas y mayor mortalidad? ¿Cuáles son los mecanismos que hacen que el corazón, en forma silenciosa, sea la causa de 1 de cada 3 ACVs? ¿Cómo impacta la enfermedad de las carótidas sobre el cerebro?
En el Instituto de Investigaciones Cerebrovasculares de la Fundación INECO hemos comenzado a develar estas incógnitas, lo que redundará en mejoras en las políticas de salud, en la calidad de atención médica y en un menor impacto de la enfermedad.
Nuestras principales líneas de investigación son:
Epidemiología Determinantes Socioeconómicos de la Enfermedad Cerebrovascular
La enfermedad cerebrovascular tiene un enorme impacto tanto a nivel de la salud pública como a nivel económico. Sus consecuencias son más graves en países de menos recursos. Aquellos con economías menos desarrolladas tienen mayor cantidad de ACVs, mayor mortalidad por enfermedad cerebrovascular y sus habitantes padecen la enfermedad cerebrovascular a edades más tempranas. Es urgente para Latinoamérica abordar este problema para la salud pública y las economías regionales.
La falta de información estadística confiable es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los países de Latinoamérica. Lamentablemente, Argentina no es una excepción. La escasez de datos nos impide pensar y desarrollar políticas de salud adecuadas para hacer frente a la enfermedad cerebrovascular.
El Dr. Luciano Sposato, Director del Instituto de Investigaciones Cerebrovasculares de la Fundación INECO, ha liderado importantes estudios que han arrojado luz sobre la relación entre el ACV y variables socioeconómicos como producto bruto interno, la inversión en salud y el desempleo en Latinoamérica y en el Mundo.
Fibrilación Auricular y ACV
La fibrilación auricular es una arritmia que predomina en personas mayores de 60 años y suele estar asociada a un mayor riesgo de ACV. El problema es que la mayor parte de estas arritmias no producen síntomas y son transitorias, por lo que las personas no las perciben. En nuestros estudios de pacientes con ACV, hemos detectado una frecuencia 8 veces mayor que la reportada históricamente gracias a la aplicación de sistemas de monitoreo electrocardiográfico continuo como lar telemetría. Además hemos identificado la fibrilación auricular en personas que son operadas de carótidas, lo que aumentaría su riesgo de sufrir complicaciones perioperatorias.
Enfermedad Carotídea y ACV
La enfermedad carotídea es responsable de aproximadamente un 10 a 15% de ACVs isquémicos en Argentina. En la actualidad existen pocas dudas en cuanto a la necesidad de operar (endarterectomía o más raramente angioplastia con stent) a un paciente que ha sufrido un ACV isquémico secundario a enfermedad carotídea severa. Lo que genera muchas más dudas es qué pacientes con enfermedad carotídea que nunca han sufrido un ataque cerebral o un accidente isquémico transitorio deben operarse. Sobre este interrogante, centramos la mayoría de nuestras investigaciones sobre las arterias carótidas.