Facebook, Instagram, Ineco y Unicef se unieron en la campaña #EnCasaconSalud para favorecer el bienestar emocional de las personas durante este período de aislamiento social. En la penúltima entrega, consejos para adultos mayores, cuidadores y sus familias para pasar la cuarentena con tranquilidad. Los adultos mayores son particularmente vulnerables a Covid-19 debido a sus fuentes de información limitadas, sistemas inmunes más débiles y la mayor tasa de mortalidad de Covid-19 que se encuentra en la población de mayor edad. Por eso, prestar atención específica a los grupos de alto riesgo, es decir, personas mayores que viven solas o sin parientes cercanos; que tienen un bajo nivel socioeconómico y o condiciones de salud criticas como deterioro cognitivo, demencia u otras condiciones de salud mental, es fundamental.
Especialmente aquellos en aislamiento y con deterioro cognitivo o demencia, pueden volverse más ansiosos, enojados, estresados, agitados, retraídos o demasiado sospechosos durante el brote. Dentro de las principales medidas de apoyo, los especialistas recomiendan brindar apoyo emocional a través de redes informales (familias) y profesionales de la salud mental, compartir datos simples sobre lo que está sucediendo o brindar información clara sobre cómo reducir el riesgo de infección en palabras que las personas mayores con o sin deterioro cognitivo puedan entender. Con el objetivo de brindar soporte y herramientas para afrontar la situación actual de aislamiento social que viven los argentinos y, así, fortalecer la capacidad de resiliencia de las personas, Infobae, Facebook, Instagram, Fundación Ineco y Unicef se unieron para presentar la campaña #EnCasaconSalud, una iniciativa para promover el bienestar emocional durante la cuarentena que afecta a millones de personas por la pandemia del Covid-19. Según el doctor Fernando Torrente, director del Instituto de Neurociencias y Políticas Públicas de Fundación Ineco, «la salud mental se ha convertido en una variable fundamental de este escenario impensado. El temor a la enfermedad y sus consecuencias, y las medidas de aislamiento impactan en nuestra salud emocional de manera creciente. Al mismo tiempo, la salud emocional es clave para sostener nuestros cuidados generales, tomar decisiones adecuadas y llevar adelante nuestras vidas en un contexto adverso prolongado». «Necesitamos trabajar juntos para proteger a las personas mayores del virus», dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa, mientras discutía la necesidad de que las personas mayores se retiren de la vida pública.
Las personas mayores llevan la sabiduría colectiva de nuestras sociedades. Los ancianos representan la gran mayoría de las muertes por coronavirus, en particular los mayores de 85 años o aquellos con afecciones subyacentes (que se aplica a aproximadamente cuatro de cada cinco ancianos). Si bien el aislamiento físico puede proteger a nuestros adultos mayores del virus altamente contagioso que asola el mundo, los expone a otro desafío menos comprendido: la soledad. Los estudios observacionales y correlacionales han relacionado los sentimientos persistentes de aislamiento social y soledad con un mayor riesgo de desarrollar ciertas condiciones de salud mental y física como enfermedades cardíacas, presión arterial alta, ansiedad, depresión e incluso la muerte prematura. «Uno de los desafíos más importantes durante el aislamiento social preventivo y obligatorio es preservar la salud mental de toda la población. Este desafío es inclusive más complejo en los adultos mayores porque saben que el aislamiento social preventivo y obligatorio va a ser más prolongado para ellos. Durante esta etapa, uno de los grandes motores de sus vidas es aprovechar cada día al máximo y pueden llegar a sentir que en este contexto tan particular no lo pueden lograr. Por lo tanto, una de las claves para preservar la salud mental de los adultos mayores es mantener la identidad personal y su rol en la familia y la sociedad. Todos somos parte de que puedan lograr ese objetiv», aseveró en diálogo con este medio Julián Bustín, jefe de la Clínica de Gerontopsiquiatría y Memoria de Ineco